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martes, 1 de julio de 2008

GLORIA AL REY DEL LATIN SOUL


Cuando Joe Bataan se encontraba en la "Coxsackie State Prison" por conducir un coche robado no podía imaginarse ni por casualidad la leyenda que acompañaría a su nombre en el tiempo. En el Spanish Harlem neoyorkino se fraguaba la historia de un joven hijo de afroamericana y filipino, que no podía más que dar a luz una criatura maravillosa.
Empezó a componer en la cárcel y pronto comenzó a dar forma a un experimento que daría un resultado más que formidable.
El padre del latin soul supo dar rienda suelta a toda esa bocanada de aire fresco que va desde el soul al funk, dibujarla entre vientos y percusiones latinas y crear algunos de los himnos más escuchados del género. Si James Brown se llevó la gloria, Joe Bataan cuenta una exitosa historia que se diluyó como tantas otras en las tiendas de coleccionistas, entre las cajas llenas de polvo. Culpa de ello también tuvo su desaparición durante más de veinte años de la luz de los focos. Como todos los grandes, Bataan tiene su propia leyenda negra, la otra cara que no deja de aportar misticismo a la estrella.
En cuanto a lo estrictamente musical nuestro amigo se permite configura paisajes sonoros que coquetean con numerosos palos de la música negra y logran sonadas reinterpretaciones desde lo latino. Sobre todas las cosas se agradece la suprema frescura que emanan todas sus composiciones, con una voz que cumple sin la grandeza de otros "soulmens" pero que se ensambla a la perfección en los múltiples temas que compuso a lo largo de toda su carrera. Sólo escuchar temas como "Gipsy Woman"o "Magic rose" y empieza a brotar un cosquilleo por el cuerpo que permanece hasta el último track del disco. Entre las hazañas de nuestro héroe podemos encontrar el que dice ser el primer rap de la historia, con permiso de Sugarhill Gang claro está, o rarezas tan entretenidas como la versión de Shaft de Hayes, en clave Bataan por supuesto.
Joe Bataan, el coloso, máquina de fabricar himnos bailables, frescos como pocos...Joyas tan sencillas como apabullantes, boogaloo en estado puro; soul, funk, jazz, latin. Imposible permanecer indiferente...
Desde aquí, mi más sentido homenaje.

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