NADA NI NADIE

Maestros de ceremonias jugando en casa (Fuenla represent). Los Bambataa de la periferia sur de Madrid, en una de sus "underground sessions", con sus fieles parroquianos siempre al frente.
Al fondo, en la pantalla, Fernando Meirelles comanda uno de los clásicos de nuestro tiempo: Ciudad de Dios.
Nada Ni Nadie representa.
La voz del cuarto mundo.

De los genios y las leyendas del nuevo tiempo.

¿Se puede reinventar el flamenco?

Un arte ya sacralizado, ritualizado hasta la extenuación y llevado hasta los altares por distintas figuras que recorren ya más de un siglo: La niña de los peines, Mairena o Camarón marcaron los caminos y dieron vida a una rueda que no para de girar nunca, pero que parecía estancada, incapaz de abrirse nuevos caminos sin ceder terreno a lo profano, sin apartarse del camino jondo, preservando los cantes grandes.
Desde la muerte del de la Isla el trono parecía vacío, y aún hoy los hay que no quieren creer. Observen su obra y no encontrarán nada igual en los últimos veinte años. Puro y experimental, tradicional e innovador, Morente ha sabido conjugar lo inconjugable, reconciliar los demonios del flamenco de la nueva era sin dañar los mimbres del peso de la historia. Solo el tiempo le pondrá donde se merece, y su leyenda aumentará con la grandeza de su sencillez.

Siempre nos quedará la ironía postmodernista.

¿Qué significado pueden tener hoy en día estas imágenes?
Se empeñan en decirnos que las ideologías han muerto, que son unas cosas inservibles,anacrónicas y nada comerciales. La señora que friega en mi portal dice que hay cosas muy feas para ser, como por ejemplo, ladrón, drogadicto o comunista..yo le dije que soy humanista, que ya había terminado la carrera y ella me dijo que para que servía eso: "Buff, lo siento señora pero me tengo que ir a comprar el pan...". La maruja de mi portal no es tan distinta de mi jefe depués de todo.


El genial Miguel Brieva me allana el camino, ayudándome a pensar que no estamos solos y que en nuestras cabezas caben todos los mundos que podamos imaginar.

La rambla, Montevideo, la tarde, el mate...

Hay ciudades que son inexplicablemente especiales, casi mágicas. Su magia trasciende a su historia o a su belleza paisajística. Tiene más que ver con sus gentes, con ese alma colectiva que define el espíritu de una ciudad y lo agita en su ritmos rutinarios de gran urbe. Galeano y muchos otros lo intentaron explicar, porque Montevideo se reinventa cada día en boca de los que la sienten.Y existe un Montevideo para cada lengua y para cada día del año, incluso para los que no la hemos conocido a fondo y nos tomamos la desfachatez de encorsetarla y destriparla, mientras ella nos seduce.
El viento del sur, cuando el verano se despide, allá a finales de Febrero, nos invita a flotar en la Rambla.