"Los restos secos y amargos de las lágrimas perecían en su cara. Con la mirada fija, posada en el infinito, sumido en un estado de catarsis, dibujaba en su imaginación escenas imposibles, encuentros hermosamente cotidianos que en otro tiempo fueron rutinarios.
La noticia vino a derrumbar definitivamente su raquítica moral. Con la sangre encendida, desposeído de su..."
Benit Mahan
La noticia vino a derrumbar definitivamente su raquítica moral. Con la sangre encendida, desposeído de su..."
Benit Mahan